Qué hay que tener en cuenta para elegir colegio





Ideología

Provenimos de una España eminentemente religiosa, sin embargo el momento actual es muy diferente y a la pérdida de estas creencias se suma una diversidad cultural creciente. Deberemos consultar cuál es el posicionamiento del colegio al respecto (si celebran las fiestas religiosas, cómo, si hacen la asignatura de religión, si no la hacen…) para decidir. En aquellos cuya ideología religiosa es evidente (carmelitas, jesuítas, salesianos, etc.) mejor no preguntar… ya se sabe.

Distancia de casa
Cuanto más cerca esté de casa menos problemas de desplazamiento para todos y menos problemas para el niño cuando el día de mañana sea capaz de ir solo al colegio.

Comedor
Yo diría que todos lo tienen, así que para los padres que lo necesiten, la valoración debe ser sobre la calidad de la comida y la atención que reciben. Hay colegios con cocina propia y otros que funcionan con catering (traen la comida ya hecha). A nivel de calidad siempre será mejor que sea cocinada en el mismo colegio.

Hay que valorar también cómo dividen a los niños a la hora de comer (si es que lo hacen). Lo ideal es que los de 3 años coman separados, pues necesitan de una atención más constante y de un clima lo más tranquilo posible.

El comedor es un recurso para los padres que lo necesitan. Es preferible, si puede ser, que coman en casa. Supone hacer dos viajes más pero ofreces a los niños la posibilidad de recargar las pilas del contacto con mamá y/o papá y de volver a un entorno familiar donde sentirse de nuevo emocionalmente reconocido, seguro y acompañado. Así evitamos que pasen 8 horas fuera de casa, que no es lo más recomendable para niños tan pequeños.

Metodología de trabajo

Para mí lo más importante. Debemos valorar qué es lo que queremos para nuestros hijos pues no todos los colegios funcionan igual. En unos tratan de inculcar unos hábitos de un modo más o menos rígido, con el uso de libros o fichas y tratando de que los niños permanezcan sentados haciendo sus tareas, tienen como objetivo que los niños aprendan unas materias con unos resultados concretos, que entre los cuatro y los cinco años aprendan a leer e incluso que aprendan inglés e informática.

Otros en cambio (yo me decanto por estos), aún siendo públicas, funcionan sin libros, basan el aprendizaje en el juego y les enseñan en base a lo que los niños demandan, son más flexibles y aceptan las diferencias madurativas de cada niño.

La curiosidad de los pequeños es infinita, y no hay mejor manera de que aprendan que satisfacer su curiosidad sin ceñirse a materias que probablemente no puedan ni necesiten aprender.

La filosofía de estos colegios es que un niño va allí a crecer como persona individual capaz de pensar y ser responsable, por eso dedican más tiempo a la relación con el medio y entre los compañeros que a aprender materias.

Muchos padres (lo estoy viendo en las visitas a los coles) demandan el inglés a partir de los 3-4 años. En algunas escuelas no lo hacen (y me sumo a su opinión) porque la gran capacidad de aprendizaje que tienen los niños no es para que les llenemos de materias ni de idiomas (que luego no practican, pues los padres no saben hablarlo) sino para que aprendan a vivir, a relacionarse, en definitiva, para que aprendan a ser.

En muchas de las escuelas más innovadoras los niños empiezan a aprender a leer más tarde, de manera que comparándolos con los de otros colegios los padres suelen considerar que sus hijos van atrasados (culpa de la visión que tenemos de las escuelas como centro de aprendizaje de materias y de la competitividad que les inculcamos), sin embargo cuando empiezan a leer lo hacen desde las ganas de aprender y, lo que es más importante, lo hacen en el momento en que son capaces de entender lo que leen.

De esta manera la lectura les supone una nueva puerta a la adquisición de información que sacie su curiosidad y no un montón de símbolos que “sé decir uno detrás de otro” (cuando aprenden a los 4-5 años).

Mi sensación personal es que nos preocupamos en exceso del nivel educativo que van a conseguir sin hacernos la pregunta clave: ¿Para qué sirve ir al colegio? ¿Qué recuerdo yo de lo que aprendí en el colegio?

La respuesta a la segunda es :“Casi nada”. Se estima que los adultos recordamos entre un 10% y un 30% de lo que nos enseñaron. Entones, la respuesta a la primera pregunta no puede ser otra que: “Para aprender a vivir en sociedad”.

El modelo de la búsqueda de aprendizaje actual está suponiendo algo más de un 40% de fracaso escolar en Catalunya (e imagino que cerca andará en el resto del estado), que se dice pronto. Por eso me sumo al carro de los colegios que tratan de hacer crecer a los niños como personas y de que aprendan las materias potenciando su curiosidad.

El modelo finlandés es muy similar a esta filosofía de trabajo y los resultados son incuestionables. Tienen el mejor nivel de Europa (podéis leer un informe muy recomendable sobre la educación en Finlandia http://www.otraescuelaesposible.es/pdf/secretos_finlandia.pdf)

Público, concertado o privado
Esto va un poco ligado a la metodología (que expliqué en la entrada anterior). Los públicos tienden a ser más flexibles con los niños, más innovadores y presentan una mayor diversidad social y cultural y los concertados (y sobretodo los privados) buscan unos resultados demostrables, tienen unos métodos más disciplinarios y los grupos suelen ser más homogéneos.

Con uniforme o sin él

Normalmente son los concertados y los privados los que pueden tener esta posibilidad. A mi parecer es un método igualador que tiene algunos beneficios (no hay diferencias entre los niños) pero a la vez no me gusta por eso mismo, porque son todos iguales.

En una sociedad en la que vamos todos a la una como (disculpad la expresión) borregos, los niños deberían crecer sabiéndose diferentes, únicos e irrepetibles y respetarse en la diferencia, que al fin y al cabo, lo que nos diferencia es lo que nos enriquece.

El periodo de adaptación
Un niño de tres años es todavía una flor por florecer que necesita unos cuidados y un mimo especial. Tanto si nunca han ido a la guardería como si sí lo han hecho, la entrada al colegio es un cambio importante.

Debe haber un periodo de adaptación flexible, de varios días, que permita a los niños y niñas aclimatarse al nuevo ambiente con las menores tensiones posibles. En algunos colegios permiten que los padres entren hasta la clase tanto al entrar como al salir, esto es ideal ya que se pueden despedir de ellos (y recogerlos) mientras realizan alguna actividad.

El porcentaje de niños de otras etnias
Sé que entro en un terreno resbaladizo, pero me parece un punto a tener en cuenta. Por desgracia se han llevado a cabo durante algunos años unos sistemas de selección desigual y poco afortunado que ha hecho que algunos colegios sean auténticos guetos. Estos colegios suelen tener muy buenos recursos y sistemas educativos, sin embargo están enfocados principalmente a ayudar a estos niños.

Un porcentaje muy elevado de niños de otras etnias puede no ser beneficioso ni para los “autóctonos” ni para los foráneos, ya que ninguno de los dos crecerán en un ambiente representativo de la población.

De igual modo, un colegio en el que no haya ningún niño de otra etnia tampoco representa a la sociedad y pierde toda la riqueza de la multiculturalidad.

Extraescolares
Algunos padres tienen horarios complicados que no concuerdan con los de la escuela. Esto hace no puedan recoger a los niños a la hora de finalización de las clases y que necesiten contar con un recurso como las actividades extraescolares para alargar la jornada. Otros padres los dejan porque consideran beneficioso que hagan otras actividades.

Como con el tema del comedor, los primeros años es más importante el contacto emocional de la familia que alargar los horarios de los niños de esta manera.

AMPA

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos es un ente con mucho poder dentro de la escuela.

Es importante corroborar que existe y preguntar por su funcionamiento.

En algunos colegios hay diversos comités organizadores que velan por el correcto funcionamiento escolar y ayudan para que así sea. La implicación de los padres es tal en algunas AMPAs que el colegio acaba mejorando gracias a su participación.

En otros colegios por desgracia la AMPA está muy desorganizada, es prácticamente inexistente o hay demasiados conflictos internos.

Infraestructura

Hay que valorar el estado de las instalaciones, las clases, el patio, el gimnasio, los juguetes, las paredes, puertas, ventanas y valorar la seguridad de todo ello para niños de 3 años. Hay colegios que más parecen la casa del terror que un centro donde niños pequeños van a aprender.

Número de líneas por curso
A más líneas más niños y por ende mayor número de plazas disponibles y más probabilidades de entrar. Por otro lado los colegios con una o dos líneas como mucho suelen ser colegios más familiares y con un clima más cálido a nivel humano.

Número de niños por clase

Cuantos menos mejor, pues podrán recibir más atención.

Salidas al exterior

Valorar qué tipo de salidas o excursiones realizan, a qué edad hacen las primeras colonias (antes de los 5 años me parece poco recomendable), etc.

Que te toque
Este es el punto más importante. Puedes valorar mil factores y encontrar el colegio perfecto (o el menos malo) y que no te toque por zona, o que sí esté en tu zona y al final acaben por no admitir a tu hijo o hija. Así están las cosas. La oferta es diversa pero mayoritariamente deja mucho que desear. Esto hace que los pocos coles decentes sean los más demandados.

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